lunes, 24 de octubre de 2016

El IVA cultural en la industria musical

La política fiscal de un país no sólo es un instrumento para el sostenimiento de los gastos públicos de un estado. Es de una importancia tremenda también para la determinación de la estructura productiva y económica de un país. Es por ello que este sistema de recaudación tiene mucho contenido político, gravando de distinta forma y cuantía según los criterios e ideario del gobierno de turno. Dentro de la materia fiscal, uno de los puntos conflictivos en España en este momento es la tasa del IVA cultural.

Sobre esta materia el artículo 44.1 de la Constitución Española establece que "Los poderes públicos promoverán y tutelarán el acceso a la cultura, a la que todos tienen derecho". Y otro apunte más de derecho tributario que establece la Constitución en su artículo 31.1 "Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica mediante un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad que, en ningún caso, tendrá alcance confiscatorio."

El 1 de septiembre de 2012 sucedió un cambio de gran importancia con el aumento del IVA, que afectó especialmente a aquellas actividades que se asocian al entorno de la cultura. Los cambios fueron tal y como se muestran en la siguiente imagen.



Un hecho incontestable es que la subida del IVA sobre bienes y servicios culturales al 21% dificulta el acceso a la cultura a las capas menos acomodadas de la sociedad y supone un freno al desarrollo de la industria cultural en España. Esto daña sensiblemente un sector económico con potencial y con capacidad de producir empleo de calidad.

Los argumentos que podrían tenerse en cuenta a favor de subir el IVA es la situación económica de crisis, y el hecho de que en muchos casos las actividades que conforman este conglomerado de actividades denominado como cultura son también actividades de ocio. Si consideramos la cultura como ocio y no como actividad esencial para los ciudadanos, es entendible que se graven estas actividades como hechos que demuestran capacidad económica y, por lo tanto, que se aumente el porcentaje aplicable.

Pero también hay razones de peso para estar en contra de la subida del IVA. En el plano económico, el IVA es un impuesto que grava la compra y venta de un bien o servicio. Con lo cual, para aumentar la recaudación, el aumento de las ganancias por el aumento del porcentaje aplicado en el tributo debe superar la bajada por la disminución del consumo de estos bienes y servicios por el aumento del precio, que además tiene el coste añadido de reducir los ingresos de las empresas y trabajadores del sector (http://www.elconfidencial.com/cultura/2014-10-01/el-iva-hunde-la-asistencia-y-la-recaudacion-de-la-cultura-espanola-en-2013_221832/). Otro argumento a tener en cuenta es el efecto social, pues restringe el acceso a la cultura, y además fomenta el consumo de cultura mediante la piratería o la economía sumergida (problema que afecta mucho a la industria musical y cinematográfica). También está el hecho de que el IVA es un impuesto que no tiene en cuenta las circunstancias personales y no cumple con el criterio de progresividad.

Hay una última razón por la cual considero negativo el IVA cultural, y esta es la desigualdad que genera, creando una situación que ralla la hipocresía. ¿Porqué lo digo? 
Pues, en primer lugar, porque resulta que al arte se le aplica un IVA del 5%. Y no es que tenga nada en contra de las bellas artes, pero me parece un impuesto que beneficia en mayor medida al sector más pudiente de la sociedad, pues es el que invierte más dinero en la compra de arte, cuando la mayor parte de la población sólo puede permitirse verlo en los museos. En este caso no me parece mal en sí mismo el IVA del 5%, pero me parece que en este caso tiene un claro trato de favor respecto al resto de las actividades que se califican como culturales. 
En segundo lugar, y esto tiene que ver especialmente con la industria musical, es la gran desigualdad que existe entre los lugares donde se realizan actividades de música en vivo, y aquellos en los que no. Estoy hablando de locales, como puede ser un bar o restaurante, donde si en vez de poner un partido de fútbol hay una banda de música tocando, la entrada y las consumiciones pasan a tener un IVA del 21% en vez del 10% (Noticia 1Noticia 2). Por lo tanto, en la ya difícil situación en la que se encuentra la industria musical, no sólo se ponen más trabas desde la Administración de España, sino que además se genera un trato injusto. 

¿Cuál es vuestra opinión sobre el IVA cultural? Cualquier comentario o sugerencia podéis dejarlo en los comentarios del post. ¡Muchas gracias!

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